La reparación estructural de los cantos de los voladizos, tanto en balcones como en fachada, es el tipo de reparación de las armaduras superficiales en el canto de elementos de hormigón armado expuestos a la intemperie. Puede tratarse de vigas, zunchos, losas de forjado.

Al realizar una inspección o cuando nos encargan un proyecto de rehabilitación de fachada es habitual encontrar cantos de forjado o balcones con grietas y/o roturas. Estas lesiones son frecuentes en edificios antiguos en los que, la fachada únicamente dispone de un revestimiento de enfoscado o incluso una capa de pintura sobre el hormigón.

Al quedar el hormigón expuesto a la intemperie, la agresividad ambiental penetra con facilidad hasta llegar al armado de los balcones, provocando que se oxide y se produzcan roturas y grietas en las losas. Estas grietas son apreciables a simple vista, aunque en muchos casos las comunidades de propietarios no actúan en cuanto detectan las grietas, provocando que un problema con solución rápida y económica se convierta en un problema con una solución más compleja y costosa.

En caso de encontrar grietas o roturas en la fachada de su edificio, es necesario que contacte con un técnico cualificado, estas fisuras en la mayoría de los casos no tienen mucha importancia, pero conviene estudiarlas. A veces requieren de un diagnóstico preciso que establezca las causas y ataque el orígen del problema, no el síntoma. Esto permite eliminar el problema de manera efectiva y no simplemente ocultándolo tras una capa de mortero y pintura.

A continuación, explicamos como realizar una rehabilitación en los cantos de los balcones de manera efectiva, eliminando por completo la raíz del problema.

PRIMER PASO: DETECTAR EL ALCANCE DE LA LESIÓN

Cuando se detectan las grietas en los forjados, es posible que la oxidación del armado no se esté produciendo únicamente bajo las grietas sino también en otras zonas en las que aún no se han producido roturas y que por lo tanto no pueden ser detectadas a simple vista.

Existen diversos métodos para comprobar el alcance de las lesiones provocadas por la oxidación, las catas o los ensayos mediante imagen termográfica son los más efectivos y permiten realizar un plan de lesiones detallado.

En caso de que la comunidad prefiera no realizar ninguno de los métodos anteriores, el técnico deberá realizar una inspección visual detallada, comprobando todos los balcones. Este método obliga a dejar un gran margen de superficie a reparar en las mediciones del proyecto de rehabilitación para no quedarnos cortos e incluir partidas de comprobación, a la larga suele ralentizar y encarecer la rehabilitación.

SEGUNDO PASO: PICAR EL HORMIGÓN Y ELIMINAR EL OXIDO DEL ARMADO

Una vez determinadas las áreas afectadas, se debe picar la capa del hormigón dañado hasta llegar a las barras del armado. Durante este paso es importante asegurar que las barras de acero han quedado “fuera” del hormigón y que se ha dejado una separación de un mínimo de 2cm para poder eliminar el óxido por completo.

Una vez picado el hormigón es conveniente, si el edificio es de los años 1950 a 1980 enviar muestras del material a analizar para saber si nuestro edificio tiene cemento aluminoso. Aunque no haya dado problemas en otros sitios, es bueno saber si nuestro edificio tiene hormigón aluminososo por prevención futura.

Con todo el acero afectado al descubierto se procede a eliminar la capa de oxido mediante sistemas de raspado del acero, el más habitual es el cepillado de las barras con cepillos metálicos en todo el perímetro. Tras el cepillado la superficie tratada debe ser limpiada para eliminar los restos de polvo de hormigón o oxido, de lo contrario la reconstrucción del hormigón puede dificultarse y las partículas de oxido podrían reproducirse.

TERCER PASO: PROTECCIÓN DEL ARMADO Y RECONSTRUCCIÓN DEL HORMIGÓN

Con el óxido eliminado por completo de la armadura se procede a la aplicación de productos y tratamientos antioxidantes para impedir la reparación del óxido. La aplicación de estos productos debe realizarse en el menor tiempo posible tras la limpieza del óxido ya que al tener el acero totalmente expuesto a la intemperie, el riesgo de oxidación es elevado.

La oxidación del acero hace aumentar por 10 veces su tamaño inicial. Así que si vemos que hay medio centimetro de óxido, 5 mm, eso quiere decir que hemos perdido estructuralmente 0,5 mm de armadura.

Normalmente no está comprometida la seguridad por la ligera oxidación, aunque es aparatoso. A pesar de esto hay que tener en cuenta que en casos puntuales casi puede haber desaparecido gran parte del acero. En estos casos hay que proceder a realizar refuerzos para solucionarlo.

Tras proteger el acero se procede a la restauración del hormigón picado, con la aplicación de mortero cementoso con un PH elevado para aportar una protección adicional al armado interior. Es escoger el mortero que tenga la menor retracción posible, aparte de una alta resistencia estructural, para evitar la aparición de grietas o fisuras en el hormigón viejo y controlar la porosidad tras el endurecimiento.

CUARTO PASO: APLICACIÓN DE CAPA DE ACABADO

En caso de que la reconstrucción del hormigón se haya realizado con mortero de PH elevado, la capa de acabado se trata como un elemento estético más que de protección al hormigón. Pero si se quiere se puede aplicar un mortero monocapa de acabado para que quede igual que el resto de fachada, seria conveniente aplicar previamente una capa de puente de unión.

También es apropiado, aunque esto sería para una nota excelente, aislar térmicamente con un sistema sate la estructura (las estructuras aisladas siempre duran más ya que no están expuestas tantas oscilaciones de temperatura ambientales)