Hace aproximadamente un año, unos estudiantes interesados por la arquitectura sostenible quisieron dedicar a esta materia el trabajo de investigación de bachillerato y, buscando por internet encontraron nuestro proyecto de viviendas ecológicas en hilera. Contactaron con nosotros interesados en hacernos una entrevista, que hoy queremos compartir. En negrita, las preguntas de Edgar Marín, Edwin Toaquiza y Víctor Bea, seguidas de las respuestas de Sergio Sanz, arquitecto de KAITEK ARQUITECTURA y posgrado en sostenibilidad.

Primero de todo, nos gustaría que nos explicara brevemente en qué consiste su proyecto de casas ecológicas en Mollet del Vallès.

El proyecto de las casas ecológicas en hilera adapta una tipología arquitectónica común a soluciones que minimizan el impacto ambiental y reducen el consumo de energía y agua. La construcción convencional tiene un impacto elevado: cuando construimos con hormigón, previamente se han tenido que extraer minerales de la litosfera y se consume mucha agua, con lo que se produce un agotamiento de recursos naturales. El proyecto reduce el impacto ambiental de la siguiente manera: se construye fundamentalmente con paneles contralaminados de madera, que es un material renovable ya que procede de la biosfera. Y como es una construcción en seco mediante uniones atornilladas o ensambladas, prácticamente no se consume agua. Además, este tipo de construcción es desmontable, de manera que si algún día se quisiera construir otra cosa en ese sitio se podrían reutilizar o reciclar los materiales. Incluso la cimentación, que se realizaría mediante un tipo de pilotaje de acero atornillado al terreno.

¿Se realizó finalmente? Si no se realizó, ¿cuál fue el motivo por el cual no se hizo?

No se realizó. Simplemente se trataba de un ensayo proyectual para ver hasta qué punto sería posible construir una vivienda ecológica de aspecto contemporáneo que pudiera encajar con una tipología habitual de vivienda adosada.

¿Disponían estas casas de algún tipo de aparato para generar su propia energía?

Los porches de estas viviendas se proyectan con unas pérgolas de tubos de vacío que contribuyen a la climatización a través del suelo radiante y al agua caliente sanitaria. Además se recogen las aguas pluviales para su utilización como agua de riego. Igualmente, en un proyecto, antes que pensar en utilizar máquinas eficientes se deben buscar soluciones arquitectónicas. La energía es un factor a tener en cuenta en el proceso proyectual porque existirá un consumo. Este consumo dependerá de la demanda que tenga el edificio, que es posible prever mediante cálculos de simulación energética. Así, la orientación de la casa, el tamaño y las propiedades de las ventanas y los protectores solares o el espesor de los aislamientos, que son determinantes en la demanda, pueden ser definidos con criterios científicos. Estas casas están proyectadas para minimizar la demanda energética. Una vivienda estándar construida durante la década de los 90 estaría consumiendo cerca de 120 kwh/m2•año, mientras que las viviendas sostenibles del proyecto están calculadas para que consuman sólo 15 kwh/m2•año en el emplazamiento considerado. El rendimiento de los sistemas o la autogeneración no era tan importante en el proyecto como ensayar esta reducción de la demanda.

Viviendas ecológicas

Axonometría de la arquitectura de las viviendas ecológicas.

¿Qué materiales fueron los más usados para la construcción de las viviendas o pretendían ser los más usados?

En el proyecto se utiliza fundamentalmente madera. Incluso para los aislamientos térmicos, que son derivados de madera triturada. La idea era que fuese un material renovable que permitiese su reutilización o reciclado.

¿Se puede vivir tranquilamente y sin dificultades en una casa en la que los electrodomésticos sean ecológicos y solo se usen energías renovables?

La pregunta la plantearía al revés. ¿Se puede vivir tranquilamente viendo como gestionamos los recursos que nos ofrece el planeta? Estas viviendas, que son extraordinariamente eficientes, no son perfectas y no están proyectadas para desconectarse de los suministros generales de energía. Calentar una casa mediante energías renovables es fácil aprovechando el sol o utilizando una caldera de biomasa, pero estar desconectado de la red eléctrica, con nuestros hábitos, el marco normativo existente y la inversión económica que conlleva, es muy complicado. En todo caso, el objetivo que debemos perseguir es ir a mejor, progresar.

¿Qué aspectos son más importantes a la hora de construir una casa ecológica?

Lo primero que habría que valorar es ver si es necesario hacer esa casa o podemos utilizar alguna que ya exista, porque todo edificio ocupa un espacio de la naturaleza. Así, antes de construir propondría rehabilitar con criterios de sostenibilidad. Dicho esto, hay que estudiar el entorno; las condiciones climatológicas y la orientación; la configuración arquitectónica y su relación con la demanda energética; la elección de los materiales y las instalaciones, el consumo de agua, los sistemas pasivos… Todo es importante y todo debe contemplarse durante el proyecto. Luego, en función de cada proyecto, se incidirá más en un aspecto o en otro.

Los materiales, por el hecho de ser ecológicos, ¿tienen algún coste adicional a la hora de obtenerlos o es al revés y son más baratos que los materiales convencionales?

Habría que valorar no sólo el coste monetario, sino el coste ambiental. Por ejemplo, seguramente haya que pagar algo más por una madera obtenida de un bosque gestionado de manera sostenible que por una obtenida sin control, pero evitamos concurrir en un proceso de deforestación. Por otro lado, el catálogo de materiales y soluciones constructivas es tan amplio que resulta difícil contestar de manera absoluta a la pregunta.

¿Es más fácil o más difícil obtener un material ecológico?

Si revisamos las construcciones vernáculas nos daremos cuenta de que sus materiales son los propios del lugar, obtenidos sin necesidad de recurrir grandes medios ni consumir demasiada energía. Un ejemplo de eso son las construcciones de tapial, con entrevigados de madera. La dificultad hoy radica en romper con las dinámicas habituales. Por ejemplo, a la hora de prescribir materiales se le añade un criterio más de selección.

Desde el punto de vista de un arquitecto, ¿es rentable pensar en construir casas ecológicas?

La rentabilidad económica es la ecuación resultante entre recursos invertidos e ingresos. Somos muchos arquitectos y hay muy poco trabajo, así que la rentabilidad… Muchos estudios han cerrado porque no pueden asumir los costes de mantenimiento como los seguros de responsabilidad civil o las contribuciones a la seguridad social.

Más allá de la rentabilidad de la profesión, son los beneficios transversales que aportan las casas ecológicas. Por un lado, los propietarios ahorran dinero, al consumir menor energía. Y como consumen menos energía y recursos, contaminan menos y, por tanto, nos beneficiamos todos. La cuestión importante aquí es pensar en la función social que puede cumplir la arquitectura pensando no sólo en la figura del arquitecto sino en el conjunto de agentes que intervienen en el sector de la edificación y el urbanismo. Es decir, medir lo que se aporta al conjunto de la sociedad conjugando un beneficio legítimo por la actividad con el interés general.

¿Y desde el punto de vista de un ciudadano? ¿Es más caro o más barato pensar en comprarse una casa ecológica frente a una convencional.

Una vivienda ecológica, que consuma poco, requerirá, de entrada, algo más de inversión que una convencional. Pero como estas viviendas consumen menos energía, desde el primer día los propietarios ahorrarán dinero hasta amortizar la diferencia de coste en un plazo aproximado de unos cinco años. A partir del quinto año habrán liberado una renta económica que podrán administrar como deseen: trabajar menos, comprar mejor comida, ir de vacaciones…

Quiero diferenciar también ese punto de vista respecto al punto de vista del ciudadano, porque hablar de ciudadanos es hablar de individuos que comparten derechos y obligaciones en una comunidad política. Si yo contamino, perjudico a mis conciudadanos. Si consumo mucha energía, contribuyo a que suban los precios y, por tanto, a la pobreza energética. En ese sentido, la arquitectura sostenible también tiene un componente cívico. Incluso trasciende a la propia comunidad política, ya que los beneficios ambientales son globales.

¿Cuál es el coste aproximado por m2 de una casa ecológica?

Depende de muchos factores: la superficie y la forma de la vivienda, el tipo de terreno y las características de la parcela, los acabados, la ubicación (es más barato construir en Lérida que en Barcelona, por ejemplo)… Por lo general, requiere algo más de inversión que una construcción convencional, pero como hay tantas variables puede haber viviendas convencionales más caras que viviendas ecológicas para una misma forma y superficie. Pero por ejemplo, las viviendas en hilera, se podrían construir a partir de 800 €/m2. Me refiero sólo al coste de la construcción, sin tener en cuenta la repercusión de honorarios técnicos, los impuestos por la licencia de obras, ni otros gastos a los que hay que hacer frente.

Ya conocemos muchas de las ventajas pero, ¿cuáles son las desventajas de una casa ecológica?

No se me ocurre ninguna, la verdad.

¿Cree usted que se debería motivar la construcción de estas casas de cara al futuro?

Debería ser obligatorio en el presente. Pero también quiero hacer un apunte: lo mejor que podríamos hacer no ya en el futuro, sino en el presente, es rehabilitar las casas del pasado con criterios de sostenibilidad y ahorro energético. Rehabilitando se consumen menos recursos.

En cualquier caso, como la preocupación por el cambio climático (derivado de las emisiones de CO2) o por el ritmo de consumo de los recursos naturales es cada vez mayor por parte de las instituciones públicas, ya se han tomado medidas legislativas y existen objetivos planteados a nivel europeo y mundial. Desde la arquitectura y el urbanismo se puede contribuir a esos objetivos mejorando la eficiencia energética de los edificios y mejorando la configuración de las ciudades, el espacio público y la movilidad.

Pensad que no se puede hacer una casa ecológica en la montaña si se tiene que hacer una carretera para que la gente baje a comprar el pan en coche. Hay que vivir más en la ciudad y menos en urbanizaciones de baja densidad, que consumen mucho territorio y no aprovechan la economía de escala y los servicios que permiten las agrupaciones de densidad media. Antes, cuando me refería a los agentes que participan en el sector de la edificación y el urbanismo, también pensaba en los consumidores. Tenemos que ser consumidores exigentes y responsables, y comprometernos con el interés general.

En un futuro, ¿será común ver este tipo de viviendas o simplemente todo seguirá tal cual está?

Lo que es seguro es que los edificios serán cada vez más eficientes. Por dos razones: porqué es posible y porqué es una necesidad. La cuestión es si nosotros construimos el futuro o el futuro nos acaba construyendo a nosotros en forma de un presente que está por llegar.